Hace tiempo que le voy dando vueltas al por qué un despacho como el nuestro con 25 años de historia tiene que volver a salir de la zona de confort y arriesgar con ideas que la mayoría de sociedades legales del sector ni se han planteado. Y la respuesta está en la misma pregunta: ¡porque casi nadie se las ha planteado!. No conozco ningún despacho en España que haya configurado una plataforma integral de comercio electrónico como comygo para intentar dar solución a una necesidad concreta que tenían las pymes y los emprendedores. Tampoco conozco despachos medios o grandes consagrados que dediquen tiempo y recursos a automatizar procesos de asesoría o adecuación legal de negocios online, creando módulos o plugins. No digo que no los haya, pero yo no conozco ningún despacho multidisciplinar (abogados, economistas, graduados sociales) y de más de 20 personas que esté en ello.

Y si nadie lo hace ¿es porque no existe esa necesidad concreta? ¿No es una preocupación importante el tema legal en proyectos online? ¿los e-commerce no requieren de una adecuación legal desde sus inicios? ¿por qué los empresarios pequeños o emprendedores siguen copiando y pegando condiciones y términos de otros?

La respuesta después de ya un tiempo dando conferencias, talleres, hablando con clientes y sobre todo con agencias y programadores, es que los pequeños no tienen recursos para lo legal. Gastar 400, 600 o 900€ en un abogado especializado que te da unos textos legales para que los incluyas en tu web no convence a casi nadie. Los recursos los priorizan en marketing y diseño y no en lo “legal que nadie lee”. “Ya lo haré más adelante cuando me vaya bien”, acaban diciendo casi todos. Nos gustará poco o nada este tipo de afirmaciones, pero la realidad es la que es y o nos adaptamos o nos dedicamos a seguir metiendo miedo para que paguen y a mí la segunda opción no me gusta.

De ahí nació la opción de empezar a hacer “ysis”:

¿Y si recogemos nuestra experiencia de tantos años en estandarizar textos legales?

¿Y si además de estandarizarlos en un documento Word creamos código para integrarlo en la web, haciendo al mismo tiempo de abogados y programadores?

¿Y si hacemos algo sencillo, que solucione “el tema legal” de negocios online de una forma generalizada y a bajo precio?

¿Y si reservamos la valía de los profesionales con mucha experiencia para asuntos complejos, que requieran visión, organización, negociación y empatia con el cliente?

¿Y si dejamos de funcionar como máquinas y nos volvemos más personas, dejando a las máquinas que hagan su trabajo automatizado y nosotros nos dedicamos empatizando con el cliente a resolver su problema particular y no general?

¿Y si trasladamos la experiencia en juzgados, negociaciones, mundo empresarial, fiscalidad, cuestiones laborales a unos documentos estandards y generales que recojan todo lo vivido durante muchas años por DMS?

Muchas preguntas que al final llegaban a la misma respuesta: DMS intentará automatizar todo lo automatizable para resolver de la forma más económica posible todos los trabajos automáticos y generales. Si no lo hacemos nosotros vendrán otros a hacerlo y ya no tendremos tiempo de reaccionar. Estaremos fuera…

¿Esta decisión implica abandonar la profesionalización de nuestro equipo y el servicio particularizado a nuestros clientes?

No, todo lo contrario. Todos nuestros profesionales se implicarán y pondrán en valor toda su dilatada experiencia  en entender qué necesita exactamente un cliente, qué opciones y soluciones puede tener su problema, negociar o pleitear por sus intereses y sobre todo empatizar con ellos. El objetivo será el mismo: SOLUCIONAR PROBLEMAS LO MÁS EFICIENTEMENTE POSIBLE.

En conclusión un servicio de personas para personas y un servicio legal de máquinas para máquinas o para particulares con necesidades generales.

Así que en las próximas fechas os iremos presentando nuestros primeros productos “tecnolegales” que unen la Informática con el Derecho y el e-commerce con los servicios legales para presentar soluciones generales a problemas también generales.

No veréis la palabra “innovación” hasta esta frase. Después de pasarme un par de años oyéndola y leyéndola por todo se me han quitado las ganas de usarla. Ha pasado lo mismo que con lo de “emprendedores”, cuanto más la mencionas y menos la pones en práctica menos sentido tiene… Así que cambiamos lo de “innovadores” por “simples solucionadores de problemas” que suena peor pero es más real.

Seguiremos informando de nuestras «novedades técnicas»…